la estela mortal de horas que se alejan.
Lo que habita bajo la piel del mar
cabe en un hombre:
Tesoros,
naufragios.
En mi interior de redes guardo restos
de esas pequeñas cosas.
A veces, al contacto con el viento
La memoria azul
se eriza en espuma y acuden a la isla que soy
viejas heridas que el mar
no supo ahogar en la marea.
Travesaños de agua: el mar. Siempre distancia.
Zarpan los días como barcos de tiepo
llevan en su bodega – mira su tránsito lento y lejano-
nuestros cuerpos
Toni García Arias
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