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RIBAGORZA. TIERRA DE MUSEOS

Ribagorza es una tierra rica en historia y en tradiciones celosamente preservadas por sus habitantes. La importancia de este territorio en el devenir histórico es una de esas asignaturas a las que habría que poner remedio cuanto antes, pero el legado patrimonial que todavía permanece en muchas de sus poblaciones da fe de un pasado tan importante como desconocido.
Las ruinas de la ciudad romana de Labitolosa, el monumental conjunto urbano de Roda con su seo de San Vicente como florón, las que fueron altivas fortalezas de Benabarre, Luzás, Perarrúa, Fantova o Viacamp, los conjuntos urbanos de Graus, Benasque, Montañana o Arén, las iglesias y ermitas, los puentes medievales…, en suma, el impresionante testimonio en piedra y arte que atesora este territorio dan fe de una historia intensa y brillante.
Y si rica es esa tradición monumental, en los últimos tiempos asistimos a un singular fenómeno muchas veces alentado por la iniciativa particular y otras por el empeño de las administraciones públicas que ha dado como resultado un sorprendente conjunto de museos y exposiciones que acercan al habitante de la comarca y a sus visitantes una singular mirada sobre Ribagorza, sus gentes y sus tradiciones.
Pero como ocurre con su historia, la oferta museística ribagorzana es muy desconocida. Ignorados incluso por los residentes de la zona, los museos son por derecho propio un factor de cultura, de conocimiento y de generación de riqueza que no nos podemos permitir ignorar. Implicados en la promoción turística de las localidades en que se encuentran y nacidos todos ellos con la vocación de contribuir al mantenimiento de su población, estos museos deberían ser un factor de potenciación de los recursos del territorio al que no estamos sabiendo sacar el rendimiento que podríamos.
Una de las razones de esta circunstancia, queda dicho, es el propio desconocimiento de los habitantes de la zona de esa impresionante riqueza expositiva con que contamos. Una mirada apresurada nos lleva a confirmar la existencia de espacios expositivos en Benasque –el Museo de los Hospitales en los Llanos del Hospital, la galería de Arte Africano o el futuro espacio expositivo del palacio de los Condes de Ribagorza-, Castejón de Sos –el Museo del Sarrio-, Seira –el Museo de la Electricidad-, Campo –el Museo de Juegos Tradicionales-, Graus –el Museo de la Historia y la Tradición en “Casa Paco”, el Espacio Pirineos y el Museo de Iconos “Virgen de la Peña”-, Aler –el Museo Etnológico del Mas de Puivert-, Benabarre –el Museo del Reloj y varias colecciones etnológicas visitables- Arén –el Museo de los Dinosaurios y el Centro de Interpretación de Ribagorza-, Laspaúles –el Museo Parroquial y el parque Temático de las Brujas de Laspaúles- y Roda de Isábena –con el futuro Museo de la Catedral de San Vicente y el Museo de La Era de Vicén-, además de los Centros de Interpretación del Montsec, en Viacamp, y del Parque Posets Maladeta en Eriste, Benasque y  Aneto. Y a ello hay que añadir algunas de las mejores muestras del románico pirenaico, ya que además de la catedral rotense, los monasterios de Obarra y Alaón y el conjunto urbano de Montañana con sus monumentales iglesias de Nuestra Señora de Baldós y de San Juan, abren al viajero interesado una impresionante colección de iglesias y ermitas que se encuentran por todo el territorio ribagorzano.  
Todos ellos singulares, con mucho que enseñar y de los que se puede aprender y disfrutar una enormidad. Y que, con unas directrices para su señalización, divulgación y promoción, deben convertirse en un activo importante de la oferta turística de Ribagorza. Una riqueza esta de la promoción museística, de los pequeños o grandes museos locales, que tiene una larga tradición en países como Francia, Italia o Gran Bretaña, que en Cataluña es desde hace muchos años uno de los activos más importantes de la oferta turística que se escapa de la ahora denostada propuesta de sol, playa y alcohol barato y que se está empezando a valorar cada vez más en territorios como el País Vasco, Valencia o en las ciudades monumentales andaluzas.
Ese potencial lo tenemos en Ribagorza gracias en buena medida al impulso de un grupo de convecinos que, por un especial amor por esta tierra y sus gentes, han realizado un importante esfuerzo personal, patrimonial y económico creando a sus expensas una impagable red de espacios expositivos que necesita ahora un apoyo institucional para dar ese salto de visibilidad que redunde en la potenciación de la oferta cultural del turismo en Ribagorza.
Hay muchas maneras de sacar adelante esta colaboración. De entrada una buena señalización viaria y urbana de los centros museísticos existentes en la comarca es imprescindible. Una información puntual, mejor aún, exhaustiva, sobre todos y cada uno de estos museos en las oficinas de información existentes en Ribagorza ayudaría a la tarea de difundir esta enorme riqueza patrimonial con que contamos. Campañas de promoción en la prensa, especializada y generalista, ayudas puntuales para la modernización o habilitación de los espacios expositivos y, sobre todo, la venta en un paquete unitario de la oferta museística ribagorzana es ahora mismo una necesidad si queremos potenciar un sector con un enorme poder de crecimiento y que, además, contribuye en muchos casos al mantenimiento de la población local.
En este contexto, la creación de rutas específicas de los museos, armonizando horarios, servicios, posibilidades gastronómicas o de alojamiento, indicando posibilidades complementarias al turista interesado es una opción que está funcionando con mucho éxito en otras zonas y que en Ribagorza tiene una evidente viabilidad. Máxime teniendo en cuenta que varios de estos museos se encuentran en poblaciones con escasos habitantes pero que, significativamente, disponen en su entorno más cercano de una red de viviendas de un turismo rural que también necesita ahora un empujón para salvar unas temporadas últimas que no han sido nada halagüeñas.
Un complemento a estas rutas puede ser el de la edición de un mapa específico en el que se reflejen las rutas propuestas, los museos, los monumentos visitables y esa imprescindible información sobre aspectos como los comercios cercanos, las gasolineras, los restaurantes y casas de comidas, hoteles, apartamentos, casas de turismo rural y verde y toda aquella actividad que puede considerarse de interés para el viajero.   
En resumen, entendemos que Ribagorza cuenta en sus museos con una impagable fuente de promoción turística, cultural y social. Que su potenciación y divulgación es una asignatura no ya pendiente sino ni siquiera iniciada y que existe un gran campo de actuación en convertir estos museos en ese motor de desarrollo para el que fueron creados. Por ello pensamos que unas medidas en este sentido pueden suponer ese imprescindible primer paso necesario y solicitamos de las autoridades competentes una urgente intervención en los siguientes aspectos:
· Señalización específica tanto en las carreteras de acceso como en los cascos urbanos respectivos del museo, sus características, su oferta y su horario de atención al público.
· Realización y divulgación de un mapa de Ribagorza en el que aparezcan señalados los diferentes museos y se ofrezcan una serie de rutas específicas con información adicional sobre alojamientos, comidas, comercios y actividades complementarias.
· Ayudas puntuales a los diferentes espacios expositivos para actuaciones en iluminación, modernización y dotación de recursos audiovisuales.
· Promoción específica de la oferta museística en las actuaciones de divulgación del turismo ribagorzano que llevan a cabo las diferentes administraciones competentes