viernes, 14 de noviembre de 2014

Canarias / Repsol / Gobierno / Greenpeace

Nos plantamos en el punto donde el barco de Repsol planea iniciar las prospecciones

  

El Arctic Sunrise se encuentra situado en el punto exacto (28º 33' 34'' N; 13º 11' 36'' W) donde el Gobierno ha autorizado a Repsol a sacar petróleo en aguas de las islas Canarias. Nuestro objetivo: evitar que la multinacional dañe irremediablemente la zona, cuya biodiversidad es de las más ricas del planeta. De este ecosistema depende además la actividad socioe-conómica de las islas Canarias.

"Greenpeace se encuentra en este lugar para proteger el mar de las agresiones de la multinacional Repsol, ya que el Ministerio de Medio Ambiente no protege el medio ambiente", ha señalado Julio Barea, portavoz de la campaña.


Hace tan solo unos días, el pasado 9 de noviembre, otro de nuestros barcos, el Esperanza, grabó las primeras imágenes del barco Rowan Renaissance en las aguas de Guinea. El buque ecologista se aproximó al barco de perforación para mostrar su rechazo a las actividades que la multinacional española va a llevar a cabo frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura.


Y todo ello después de denunciar de forma reiterada los incumplimientos de normativas y directivas europeas por parte del Gobierno de España para favorecer los intereses económicos de Repsol. Y de presentar dos quejas a Bruselas por este motivo, la última de ellas el pasado 27 de octubre.

Desde Greenpeace queremos recordar al Gobierno y a Repsol que la fase de prospección que pretenden iniciar en Canarias es la más peligrosa de todas las etapas de búsqueda y extracción de crudo en el mar. La mayor catástrofe de la industria petrolera se produjo justamente en esta fase en el año 2010 en el golfo de México en la plataforma Deepwater Horizon de BP. Expertos internacionales de la talla del prestigioso profesor Richard Steiner han advertido que Repsol usa un doble estándar para sus operaciones en España, ya que las medidas de seguridad que aplicará en Canarias son inferiores a las que le exige el Gobierno de EE.UU. tras el desastre del Deepwater Horizon. Por eso Steiner advierte que esto "es un desastre anunciado".


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