A través de radio Benasque encuentro la noticia de que las
Fallas de la Ribagorza presentarán su candidatura a la Unesco con el anhelo de
convertirse en Patrimonio inmaterial de la Humanidad
Cinco localidades altoaragonesas forman la asociación de
Fallas del Pirineo: Sahún, Bonansa, Laspaúles, Montanuy y San Juan de Plan,
junto con una decena de localidades
catalanas. Andorra, donde también se conserva esta tradición, se puso en contacto con ellos para presentar
la candidatura en común, también entra Francia quedando de esta forma
representada una gran parte de los Pirineos
Tienen previsto contar
con toda la documentación para presentar
esta candidatura en primavera
Sinceramente no conocía la existencia de estas fallas que se
celebran en mi tierra y nada menos que en la Ribagorza
Busco datos y consigo saber que estas fallas no tienen nada
que ver con las de Valencia aunque cuentan con un elemento común, el fuego,
pero en este caso es simplemente madera la que arde
En la Alta Ribagorza, las fallas tienen una gran importancia
y tradición, evocando la llegada del solsticio de verano que invita a vivir la magia del fuego
Cuando el invierno ya ha pasado y la nieve va desapareciendo representa
toda una gozada visitar los valles y pueblos pirenaicos y a la vez gozar de sus
peculiares fiestas. Así en Las Paúles la fiesta consiste en los descensos de
los mozos fallaires, llevando grandes antorchas encendidas desde el Faro, el
punto más elevado, hasta el pueblo
El faro es un pino que se planta en un sitio elevado, visible
desde toda la población, al que se le pone fuego para encender todas las fallas
La falla es un tronco
resinoso de unos dos metros de longitud unidos por alambrea una rama recta de
fresno
La belleza es ver el descenso, un camino serpenteante, iluminado
en la noche y chillando como posesos
Una vez llegado al pueblo son recibidos con música y el
sonido de las campanas, los fallaires recorren y purifican todos los rincones de los malos
espíritus
Con todas las antorchas juntas forman una gran hoguera alrededor
de la cual da comienzo y gira la fiesta
Esta celebración podemos considerarla como una tradición
ancestral de danza y fuego que se mantiene viva en la Ribagorza. Se suele asociar al agradecimiento y celebración por la buena
cosecha y la cercanía del buen tiempo, simbolizando la fecundidad y
regeneración de la vida natural, en algunos lugares se asocia con celebración
religiosa y en otros pagana. Su origen
puede estar en el primitivo culto a los dioses para solicitar el éxito de las
cosechas y celebrar la llegada del buen tiempo con el solsticio de verano
En Durro (Valle de Boí) se inicia en la primera semana de
junio siguiendo por los pueblos de Senet, Barruera, Boí, El Pont de Suert, Vilaller
y terminan en julio en los pueblos de Erill la Vall, Taül y Llesp
Cada pueblo lo celebra dándole su signo peculiar, así por
ejemplo en Taüll tiene lugar una ceremonia relacionada con el culto solar, en
otros se quema en la plaza del pueblo un árbol plantado el año anterior
En Pallars Sobirá, la noche de San Juan tienen lugar las Fallas de Isil, consideradas
y reconocidas como fiesta de Interés Nacional, los Fallaires descienden en dos
hileras desde el punto llamado faro, con antorchas, formando una serpiente de fuego,
luego de pasar por la iglesia románica de Sant Joan, donde celebran un ritual, terminan
en la plaza del pueblo, en la que hay una gran falla y donde practican danzas
tradicionales. En La Puebla de Segur, los jóvenes descienden en procesión desde
la montaña de Sta Magdalena y en la iglesia practican una ofrenda a la Virgen
de la Ribera
El viaje para disfrutar de estas fiestas ancestrales,
coloristas y muy peculiares, está más que justificado, pudiendo aprovechar para
admirar las maravillosas torres y templos románicos existentes en toda esta
zona y de los que he hablado en post
anteriores.
Y no olvidar que en esta comarca se encuentra la Catedral de
Roda de Isábena y el Museo Tierra Mar y Aire en “La Era de Vicen”, del modelista Vicente
Fuentes: Radio Benasque, Info Pirineo, Europa Press; imágenes
en la Red
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