Según la Real Academia de la Lengua “Carajo” es el nombre que definía el espacio ubicado en la parte más alta de los mástiles de las antiguas carabelas españolas. Era como una canasta, destinada a puesto de observación, desde allí los vigías oteaban el horizonte buscando naves enemigas. Parece ser que los marinos de entonces asociaban el mástil y la canasta con el órgano masculino
Si es cierto que en este espacio se sentía con más intensidad el movimiento del mar, los marinos que permanecían en el unas dos horas quedaban mareados, por lo que se consideraba como un castigo y servía por tanto para dar escarmiento al que cometía algún piciazo a bordo.
Hoy la utilizamos en nuestro lenguaje con diversos significados
“váyase al carajo” cuando no estamos de acuerdo con algo o con alguien
“estás del carajo” estas muy bien
“Estas mas bueno que el carajo”, “estas más malo que el carajo” algo que puede agradarnos o desagradarnos
Si decimos “no vales un carajo”, indicamos no vales nada pues si lo relacionamos con el marino que había estado en el carajo, cuando bajaba todo mareado no servía para nada
“Irse al carajo” es más o menos irse a pique, hundirse, lo último que desaparecía de un barco por ser su parte mal alta era el carajo
en fin tiene múltiples significados según como la utilicemos y el tono que le demos
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